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10 de septiembre de 2015

Mi esposo era el mejor...y el más sabroso

Hay por ahí quién dice que la muerte une,más que separa.No hace demasiado tiempo pudimos saber del caso de un vietnamita que desenterró a su esposa y durmió con su cadáver durante cinco días.

Bien,pues este nuevo caso va más allá,la buena señora de la que os voy a hablar le ha cojido el gustillo a eso de comerse las cenizas de su esposo,pero así,como suena,la tía mete el dedo en la caja,pringa un poquito de ceniza y lo rechupetea.Alucinad...



El marido de Cassie Ferman,murió no hace mucho de un ataque de asma,y su viuda(y por lo visto,comensal)quedó muy afligida.Tal era el dolor que sentía por su pérdida y tal era el amor que sintió por él,que allá donde va Cassie...de compras,al médico o de paseo,va siempre con la caja de cenizas bajo el brazo.


Un día como otro cualquiera y por casualidad,al dejar la caja en su mesilla de noche,se manchó los dedos con un poco de la ceniza de los restos de su difunto marido y claro,lo "normal" en estos casos...se los chupeteó y descubrió que le gustaba.¡Atención!,según afirma la buena señora,las cenizas del difunto,saben a huevos podridos y a papel de lija,sin embargo le resulta tan sabroso que no puede parar de comerse las cenizas del muerto.



A mi entender,esta señora tiene un grave problema,creo yo,y al parecer ya se ha merendado casi media caja.Hay una cosa muy clara,el pobre marido nunca se imaginó dónde irían a reposar sus restos...

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