Hay por ahí quién dice que la muerte une,más que separa.No hace demasiado tiempo pudimos saber del caso de un vietnamita que desenterró a su esposa y durmió con su cadáver durante cinco días.
Bien,pues este nuevo caso va más allá,la buena señora de la que os voy a hablar le ha cojido el gustillo a eso de comerse las cenizas de su esposo,pero así,como suena,la tía mete el dedo en la caja,pringa un poquito de ceniza y lo rechupetea.Alucinad...
El marido de Cassie Ferman,murió no hace mucho de un ataque de asma,y su viuda(y por lo visto,comensal)quedó muy afligida.Tal era el dolor que sentía por su pérdida y tal era el amor que sintió por él,que allá donde va Cassie...de compras,al médico o de paseo,va siempre con la caja de cenizas bajo el brazo.
Un día como otro cualquiera y por casualidad,al dejar la caja en su mesilla de noche,se manchó los dedos con un poco de la ceniza de los restos de su difunto marido y claro,lo "normal" en estos casos...se los chupeteó y descubrió que le gustaba.¡Atención!,según afirma la buena señora,las cenizas del difunto,saben a huevos podridos y a papel de lija,sin embargo le resulta tan sabroso que no puede parar de comerse las cenizas del muerto.
A mi entender,esta señora tiene un grave problema,creo yo,y al parecer ya se ha merendado casi media caja.Hay una cosa muy clara,el pobre marido nunca se imaginó dónde irían a reposar sus restos...
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